Resulta sorprendente -por decir lo menos- la falta de preocupación que en Argentina se tienen del registro de marcas a fin de proteger correctamente ciertos productos y servicios. Analicemos un artículo que deja una lección a quien aun no crea que registrar una marca es de suma importancia.
Diario El Mercurio de Chile, miércoles 25 de agosto de 2010:
“El plan de las familias de mineros atrapados para recaudar fondos”
La inscripción de marcas alusivas al derrumbe y la venta de poleras, son algunas de las medidas que adoptarán para generar ingresos. También reciben donaciones en una cuenta bancaria.
Con tanta preocupación por el rescate, los familiares de los 33 mineros atrapados aparentemente no se habían puesto a pensar en cómo generar ingresos. Por ello, los alcaldes Cristián Tapia (Vallenar), Carlos Barahona (Tierra Amarilla), Maglio Cicardini (Copiapó) y Brunilda González (Caldera) los citaron a una reunión en el campamento “Esperanza” con la intención de asesorarlos en esta materia.
Los ediles les advirtieron en la cita realizada anoche que es “muy difícil” que sus parientes regresen a trabajar en un corto plazo tras el rescate (que durará entre 3 y 4 meses), proponiéndoles entonces tres medidas para recaudar fondos.
La primera y más urgente es inscribir marcas alusivas a la tragedia. “Queremos registrar las frases ‘Campamento Esperanza’, ‘Refugio’ o ‘Estamos bien en el refugio los 33′ para usarlas en poleras, que queremos vender en tiendas comerciales y supermercados”, explicó González.
Sin lugar a dudas, el artículo nos invita a aprender de personas sencillas que probablemente sin haber tenido la suerte de acceder a una mayor preparación demuestran una prudencia y sentido común ejemplares, en el sentido de querer proteger adecuadamente lo que consideran “sus marcas”.
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